Remando por el Mosoni Duna - día uno: 25 Km.

martes, 2 de agosto de 2011

Ian y Clea por la mañana, campamento 1Toque de diana a las 08:00 am. Para entonces la emoción del primer día nos tenía a todos (incluido a los resacosos) despiertos. La verdad es que no se duerme mal en un saco de dormir, apenas lo recordaba ya. El sol brillaba en el cielo y las pocas nubes que se veían tenían más pena que agua. El desayuno ha consistido en te - preparado en una cacerola considerable - y pan con embutidos, pimientos, cebolla y pepino a espuertas. Una vez todo estuvo recogido y preparado, Zsolt, nuestro líder, nos dijo los grupos para las canoas que habían estado maquinando entre los guías la noche anterior en base, presuntamente, al rendimiento de cada individuo en el entrenamiento de ayer. A mi me ha tocado con Katie, la inglesa de la que ya hablé ayer y Ian, un australiano algo reservado pero simpaticote que lleva tres meses recorriendo Europa en solitario y aun no ha decidido cuando volverá a Australia. Pretende viajar mientras tenga dinero y luego parar y buscar trabajo en España, que es su país favorito por ahora. Ian será nuestro navegante durante toda la semana. De Katie es necesario decir ahora que es pe queña y muy delgada, o sea, en principio parece que en la canoa vamos a ser dos y medio. Y la mayor parte de los grupos son de cuatro, os recuerdo.

recorrido del primer díaDesde el primer momento nos hemos compenetrado estupendamente. Curiosamente el equilibrio de la barca es bastante mejor que en los “entrenamientos” de ayer. Katie se ha puesto delante, escorada a la izquierda, yo en la segunda fila, a la derecha, en la tercera iba el bidón hermético con las cosas escorado a la izquierda para balancear y Ian al final, dirigiendo. Pronto ha sido evidente que la aparente debilidad de Katie no era más que eso, aparente. Es increíble la cantidad de energía que cabe en un cuerpo tan pequeño. No sé si serán los redbulls o las pastillas de Vitamina C, pero para cuando hicimos la primera parada, sobre las dos, yo estaba completamente extenuado y ya habíamos adelantado a varias canoas. Esto no es una carrera, pero nuestro equipo es altamente competitivo :)

Hemos comido lo mismo que en el desayuno, pero sin te, en un prado pequeñito rodeado de árboles. La parada ha durado lo bastante como para poder dormitar un poco a la sombra. En el siguiente tramo Katie mantuvo el espíritu competitivo por todo lo alto y, con la estupenda dirección de Ian, seguimos adelantando canoa tras canoa. Cada vez me costaba menos el ejercicio.

campamento dosnuestro remolquenadando en el campamento dosnadando en el campamento dos

Hemos hecho otra breve parada en una playita de hierba con un quiosco/bar y a eso de las seis hemos llegado al camping, al lado de Mosonmagyaróvár. Duchas con agua caliente, baños, un bar, un enchufe… como reyes. Montamos las tiendas y algunos estuvimos saltando desde el embarcadero al río y nadando. Es divertido nadar contracorriente sin moverte del sitio. Otros se han quedado en el bar cerveceando.

campamento 2, de lujo Hemos cenado un plato húngaro llamado lecsó, sencillamente espectacular. Es una especie de pisto con patatas, chorizo y pimentón, mucho pimentón. Después de la cena más de lo mismo, solo que con luz eléctrica en el techo en vez de un fuego a los pies. Risas, alcohol -yo no- y guitarras. Si, hay dos guitarras, una pertenece a Hanna (Suiza, ya habrá tiempo de hablar de ella) y la otra a Zsolt, nuestro líder. Esta es acústica y se la regalaron los integrantes del tour del año pasado.

Para terminar he de pedir excusas por las pocas fotos, pero hoy no he metido la cámara en el barril y aún no tengo las fotos de los demás. Por eso solo hay fotos del campamento. Mañana la llevare, lo prometo (ventajas del “falso directo”, ya sé que la llevé. Jejeje).

No hay comentarios:

Publicar un comentario