Anoche me acosté muy temprano y hoy, obviamente, me he levantado temprano también. No he cogido el bus para Poprad hasta las 11:30, así que la mañana en Zakopane se me ha hecho un poco larga. He mandado unas postales y he comprado comida en un mini mercado que hay al lado de la estación de autobuses haciendo cuentas para quedarme con 20 zloty (5€). En el hostal me habían dicho que el bus costaría 17 o 18. Luego he pensado que habría sido mejor comprar menos cosas y quedarme con algo más de dinero por si el precio que me habían dicho era erróneo. Afortunadamente el bus costaba 18 zloty, así que me han sobrado dos :-). 67 kilómetros (acabo de verlo en google maps, creía que era mucho más), menos de dos horas atravesando los Altos Tatras de Norte a Sur. Como podéis ver en las fotos las vistas son estupendas.
En la estación de Zakopane había visto que el bus llegaba hasta Aquacity, que es un super-resort-spa super-caro que está justo al lado del hostal que había reservado (Aqualand). Así que cuando ha parado en la estación de autobuses y se ha bajado todo el mundo me he quedado yo solito. El bus me ha dejado prácticamente en la puerta del hostal y me he evitado los 1500 metros de pateada desde la estación :-)
El hostal Aqualand en realidad es un Bed & Breakfast. Está en una casita muy maja a las afueras del pueblo. La habitación, de seis camas, está muy bien. Limpia, con baño y TV (¡!). Eso si, cuesta 15€, un precio bastante alto por estos lares.
Sobre las dos y media he salido a dar el preceptivo paseo por la ciudad. Poprad es un pueblecillo de 55.000 habitantes. Los pocos turistas que hay están obviamente de paso, camino de los Altos Tatras. En la calle principal se encuentran las tiendas y bares propios de cualquier pueblo. En medio de la calle se alinean dos iglesias, una detrás de la otra. Es una calle peatonal y ajardinada, así que pasear por ella es bastante agradable. He comido en una pizzería muy apañada (Pizza Vegetariana, 4,81€) y he ido a la estación de autobuses a ver los horarios para Kosice. Las ventanillas de venta e información estaban cerradas y los carteles son un caos de palabras raras y números. Cuando he regresado al hostal he preguntado a la simpática recepcionista y ella me ha aclarado algo más las cosas. El problema es que no sé si quedarme una noche en Kosice o seguir hasta Eger (Hungría). Las conexiones para llegar hasta Eger son aún más confusas. Así que mañana, cuando llegue a Kosice, dejaré que los diseñadores de horarios del transporte público eslovaco decidan por mi.
Nota: pinchando aquí podéis ver una foto parecida a la mía, pero en invierno.
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