Un Domingo en Baia Mare da para mucho y para poco. Esta ciudad, de unos 137.000 habitantes, es bastante extensa. Supuestamente tiene un centro histórico localizado y pequeño, pero tengo que decir que sus atractivos turísticos son bastante pobres. Algunas iglesias, plazas, una torre… En el exterior de una de las iglesias había altavoces instalados y mucha gente atendía a la misa en el parque de al lado… Nada demasiado interesante.
Pero la ciudad tiene otros alicientes, aunque algo dispersos. Tras recorrer con cara de decepción dicho “centro” me he alejado un poco en dirección Sur (para ver un cementerio que había en el mapa) y me he topado con un destartalado mercadillo. En una parte se vendían todo tipo de “antigüedades” y cachivaches, y en otra verduras y flores. Los productos mayoritarios son las sandias y unas berenjenas que deben pesar más de un kilo, en los días de mi vida había visto yo unas berenjenas así. Calculó que con una de esas se puede hacer una tortilla de 20 huevos.
Después de comer me he encontrado casualmente con una de las famosas iglesias de madera -más tarde encontraría otra más- y he entrado en la catedral ortodoxa. Si mis fuentes no me hubieran dicho nada ni siquiera me habría acercado a este lugar, ya que el edificio está en construcción. Sin embargo en el sótano hay un templo temporal que es muy interesante. He tenido la suerte de entrar en medio de un servicio cantado y la verdad es que el ambiente era bastante sobrecogedor. Sin duda es lo más interesante de todo lo que he visto en Baia Mare.
Para acabar el día me he acercado a un parque en el que hay un cementerio con algunos soldados caídos en 1919. Por lo poco que he encontrado en Google parece ser que es de cuando la ciudad pasó a formar parte de Rumanía.
Para que os hagáis una idea de lo interesante que es esta ciudad, he pasado unas cinco horas en la calle y he sacado 47 fotos y 2 videos (en un día de turismo normal rondo las cien fotos).
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