domingo, 28 de agosto de 2016
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Daniel Rivas
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23:33
Nuestra entrada a Nueva York ha sido poco habitual. Los primos de Juliana nos han recogido en el aeropuerto Kennedy y nos han llevado a su casa. Viven en un pueblo que se llama Huntington, en Long Island. Así que apenas hemos intuido el skyline más famoso del mundo y nos hemos ido hacia el otro lado.
El fin de semana ha sido más familiar que turístico, y aun así hemos realizado algunas actividades y paseos típicos.
El viernes desayunamos huevos Benedict en un diner y cenamos hamburguesas en el centro de Huntington.
El sábado, ¡por fin!, pisamos Manhattan para hacer un picnic en Central Park.
Y ya que estábamos por allí visitamos algunos de los hitos del parque, como el rincón dedicado a John Lennon…… junto al edificio Dakota (que, aviso, tiene la fachada principal en obras)…
… y la escultura de Alicia en el País de las Maravillas.
El domingo paseamos por el parque de Flushing Meadows, en Queens. Es famoso por el Unisphere, un globo terráqueo gigante (casi a escala 1/1) y el pabellón del estado de Nueva York, que se construyeron para la feria mundial de 1964. Estas estructuras se hicieron muy populares porque aquí se rodó el final de la película Men in Black, donde el pabellón estaba compuesto por auténticas naves alienígenas.
Y mañana (lunes 29) ya empezamos la maratón de recorridos imprescindibles. Mientras tanto podéis ir viendo fotos en la galería enlazada a la derecha, como siempre.
sábado, 20 de agosto de 2016
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Daniel Rivas
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23:30
Cuando uno llega a la plaza de Bolívar lo primero que sorprende es el tamaño. La plaza es enorme, y en un sábado soleado es un no parar de vendedores de fruta o recuerdos, turistas, fotógrafos más o menos profesionales, mendigos, ociosos, familias con niños, indigentes, retratistas, indios con trajes tradicionales, policías, palomas, tomadores de sol y carteristas. La estatua de Bolívar es algo mediocre; comparada con el grandioso Bolívar Desnudo de Pereira o el chocante Bolívar Cóndor de Manizales es pequeña y simplona. El Capitolio Nacional es un edificio que destaca por su grandeza Europea neoclásica y la Catedral Primada de Colombia es mucho más interesante por fuera que por dentro.
Luego uno se interna en las calles del barrio. Calles decoradas con guirnaldas, calles con teatros pequeños, calles con bares y restaurantes pretenciosos o modestos, calles con turistas, calles jalonadas por casas coloniales de colores vivos que dan forma, vida y alma a este barrio.
Por último quiero destacar los grafitis callejeros que se encuentran en muchas esquinas y que, en ocasiones, son realmente artísticos y poéticos.
viernes, 19 de agosto de 2016
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Daniel Rivas
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23:45
A apenas 40 kilómetros de Bogotá (aviso: con el tráfico de allí viene a ser hora y media de coche) se encuentra Zipaquirá, un pueblo muy bonito que es famoso por sus minas de sal y, especialmente, por la Catedral de Sal.
La Catedral de Sal es un recinto escavado a 180 metros de profundidad, dentro de una mina, y que se ha convertido en una de las grandes atracciones turísticas de Colombia.
La visita estándar, con guía, película y show de luces, cuesta 50.000 pesos (unos 16 €) para extranjeros y 28.500 (unos 9 €) para colombianos. Es algo caro, pero a mi me parece que la visita es lo bastante interesante como para justificar el gasto.
La visita guiada lo interna a uno en la mina, por un camino que desciende marcado por el Viacrucis. El guía aprovecha cada una de las estaciones para dar datos interesantes sobre el trabajo en la mina, la construcción de la catedral y la vida en la región. En apenas media hora se llega al punto más bajo del recorrido, donde está la catedral. La catedral consta de tres naves. La nave central tiene unas dimensiones bastante descomunales e impresiona desde todos los rincones.
En este nivel también se encuentran las tiendas de recuerdos, una reproducción de un pueblo paisa y las salas donde se proyecta una película 3D y el espectáculo de luces, ambos muy interesantes.
jueves, 18 de agosto de 2016
Publicado por
Daniel Rivas
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23:30
El barrio central de Bogotá es como un pueblecito de casas coloniales de colores y calles en pendiente. Dicen que de noche es mejor no alejarse de las áreas más centrales, pero durante el día parece un barrio muy seguro.
En esta zona se encuentran los museos más importantes de la capital. El primer día de nuestra estancia el tiempo estaba lluvioso y frío, así que aprovechamos para visitar algunos.
El Museo del Oro (3.000 COP, alrededor de 1 €) es un hito fundamental. Es amplio, moderno y bien organizado. El precio de la entrada incluye una visita guiada de hora y media que ayuda mucha a entender detalles de las culturas precolombinas y la magnificencia de las piezas artísticas que producían. Merece mucho la pena.
En el centro del barrio, entre la calle 11 y la carrera 5B, se encuentran varios museos integrados en una manzana. El acceso a lo que podemos llamar “el complejo” es gratuito y las colecciones comprenden:
Casa de la Moneda: tiene numerosos ejemplos de monedas desde tiempos de la colonia, así como mapas y prensas de monedas y billetes de todas las épocas. Al entrar la chica de información te regala una postal. En la salida, si le pides una moneda al guarda de seguridad de la entrada, este se mete la mano en el bolsillo y te regala una moneda conmemorativa del 200 aniversario de Cartagena de Indias. Interesante.
Museo de Arte: se centra en arte contemporáneo y pasamos por allí corriendo tratando de evitar las banalidades que hoy día se llaman arte. Lo que interesa aquí son dos custodias del siglo XVIII que se conservan en una cámara de seguridad. La de la Iglesia de San Ignacio de Bogotá (apodada “la lechuga”) es increíble; la estructura está hecha con 5 kilos de oro de 18 quilates y tiene 1.485 esmeraldas, 1 zafiro, 13 rubíes, 28 diamantes, 62 perlas barrocas y 168 amatistas. Ahí es nada. La fotografía pertenece al Banco de la República.
Museo Botero: la joya de “el complejo”. La colección privada de arte de Botero´se encuentra aquí. Esculturas de Dalí, Degas o el mismo Botero jalonan salas decorados con cuadros de Matisse, Klimt, Tàpies, Monet, Pissarro, Picasso, Miró o, por supuesto, el propio Botero. Muchas de estas obras generarían nubes de turistas sacando fotos con sus móviles en el Louvre o el Prado, pero aquí uno las ve con toda la calma. Espectacular.
También paseamos un poquito por las calles del barrio. Pero poco y con frio, así que las dejo para otra entrada más soleada y ahora cierro con una panorámica de las vistas que pudimos disfrutar en el mirador de la Universidad Externado de Colombia.
viernes, 12 de agosto de 2016
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Daniel Rivas
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23:50
Ukumarí (el que tiene la fuerza del oso en quechua) es un parque natural que pretende llegar a ser el más grande de Sudamérica… cuando esté completado.
Hoy, con motivo de las fiestas de Pereira, se podía visitar por la noche. Y allí nos hemos ido.
En este momento las secciones abiertas al público son las de América y África. Todo el parque está muy bien organizado en tramos amplios con gran variedad de animales y plantas.
La animación con actores y bailarines ameniza todo el recorrido por el extenso parque.
Aunque es cierto que la iluminación es escasa en los recintos con animales, también es cierto que al menos así no se les molesta demasiado. Porque supongo que esto debe ser algo traumático para ellos.
Algún día terminarán de trasladar a los animales del viejo zoológico de Pereira y completarán las zonas que faltan por construir. entonces volveremos y daremos cumplida cuenta en este, vuestro blog.
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miércoles, 10 de agosto de 2016
Publicado por
Daniel Rivas
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23:55
Los viejos del lugar recordareis que años ha hicimos una visita a este rinconcito de Colombia. Entonces llegamos de domingueros, con la familia de Juliana, y además en plenas fiestas de Salento (que es el pueblo más cercano al valle), con lo cual éramos domingueros en masa de domingueros. Aun así me las apañé para sacar unas fotos bastante decentes (o eso me parece a mi, juzgad vosotros mismos). Enlace a la entrada del 3 de enero de 2015.
Esta vez hemos hecho un recorrido más serio. Pasamos la noche en La casa de Lili, un hostal del centro de Salento que recomiendo sobre todo por la calidez de la dueña, Lili.
Madrugamos bastante y a las 8:30 estábamos negociando con uno de los guías que te acompañan en la subida a caballo. Los precios eran bastante más altos de lo que esperábamos y acabamos contratando solo subida y solo hasta el Bosque de niebla (70.000 pesos, unos 21 €, por los dos).
El paseo a caballo lo hicimos entre prados con vacas y palmeras de cera, las más altas del mundo. En unos 50 minutos sin apenas incidencias llegamos a la entrada del bosque de niebla, donde nuestro guía nos indicó la ruta a seguir y nos abandonó a nuestra suerte.
Desde el bosque de niebla emprendimos el ascenso. Con buen ánimo tomamos el camino (trocha en colombiano) embarrado que se iba estrechando poco a poco entre vegetación selvática y lluvia intermitente, cruzando ríos por puentes de madera o troncos cruzados y saludando a los pocos excursionistas que se cruzaban en nuestro camino, casi siempre europeos.
En algo menos de dos horas llegamos a la reserva natural Acaime, a 2.770 metros de altitud. Allí hay un observatorio de colibrís (5.000 pesos, unos 1,75 €, por persona) que atisbamos entre la lluvia y los árboles. Allí nos dieron un tazoncito de panela con queso que nos ayudó a entrar en calor mientras veíamos a estos pequeños pajaritos libando en las fuentes de agua con azúcar que les ponen para que se mantengan cerca de los turistas.
El regreso lo emprendimos por “la montaña”. Para llegar a este lugar, a 2.860 metros de altitud, hay que subir por pendientes empinadas que parece que no terminan nunca. Una hora y media tardamos en llegar hasta arriba con dolores en las piernas y jadeando.
Desde allí ya todo fue más sencillo. El camino que baja de nuevo al valle es de tierra, pero estaba seco. Al rato de comenzar el descenso llegamos al primer mirador desde el que se contempla el valle en todo su esplendor desde lo alto, las palmeras, los prados, las vacas… un espectáculo que hace bueno el sufrimiento pasado. Con paradas para descansar, sacar fotos y abrazar palmeras apenas nos demoramos una hora y media en regresar a la “base” donde agarrar el Jeep para Salento.
Y una vez en Salento, como no podía ser de otro modo, nos tomamos unas estupendas truchas en patacón, el plato típico de la zona.
Y, para terminar, os dejo con un vídeo que resume un poco lo que supone la excursión.
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lunes, 8 de agosto de 2016
Publicado por
Daniel Rivas
en
6:45
06/08/2016 11:35 CET Barcelona
El Airbus 320 de Aer Lingus despega con 50 minutos de retraso con destino Dublín. Aterriza a las 13:50 CET (12:50 IST).
06/08/2016 17:10 CET (16:10 IST) Dublín
El Airbus 330-200 de Aer Lingus despega casi puntual con destino Nueva York. Aterriza a las 00:10 CET (18:10 EDT).
07/08/2016 07:10 CET (01:10 EDT) Nueva York
El Airbus A330 de Avianca despega puntualmente con destino Bogotá. Dada la hora local me es imposible sacar fotos del exterior. Aterriza en Bogotá a las 12:40 CET (05:40 COT).
07/08/2016 15:10 CET (08:10 COT) Bogotá
El Airbus A318 de Avianca despega del aeropuerto Eldorado de Bogotá. Aterriza en Pereira a las 15:40 CET (08:40 COT). Había salido de casa 32 horas antes.