Nantes, Francia

jueves, 5 de septiembre de 2013

(Que aquí lo llaman Nat, no te lo pierdas)

con Rico, el super-guerrero de Nantes ¿Qué es lo mejor de Nantes?, me pregunta todo el mundo a todas horas. Y yo contesto siempre, sin dudar un instante: «mis amigos». Y no miento. En Nantes viven algunos compañeros de «aventuras en canoa» con los que he compartido estupendos momentos en el rio Mosoni Duna; Emilie (que me ha acogido estos días en su casa), Rico (que se transforma en súper-guerrero por las noches), Dimitri (que cuando dice «Diego» quiere decir «Diego») y Pierre (que puede convertir la cerveza en agua, pero no lo hace nunca).

 

 

Nantes A los que tengáis interés en cosas más turísticas os he de decir que me he tomado la ciudad con mucha calma. He pasado dos días aquí, pero llevo ya seis semanas bastante intensas de viaje y me apetecía descansar un poco el sentido turístico. Así que, aunque he caminado mucho por la ciudad, tan solo he visitado algunos lugares «de interés». Por ejemplo el Jardín de las Plantas; un parque muy bonito y bien cuidado que me llamó la atención por los bancos gigantes, que permiten a los adultos comprender lo que le cuesta a un niño pequeño subirse a un asiento, y por las setas que cantan cuando pasas por delante, a lo cortilandia. Además hay un busto de Julio Verne que nos recuerda que el genio nació en esta ciudad.

Jardín de las Plantas, NantesJardín de las Plantas, Nantes

tejados de Nantes El castillo de Nantes es más bien un palacio amurallado, muy elegante y decorado. Se puede dar un paseo por casi todo el recinto y por la muralla sin pagar, y merece la pena hacerlo. Tiene vistas interesantes de los tejados de la ciudad (me encantan las chimeneas de ladrillo rojo) y de la fábrico original de Lu. Sí, resulta que las galletitas saladas nacieron aquí.

 

castillo de Nantes

tumba de Francisco II de Bretaña, catedral de Nantes  La catedral es gótica, pero no demasiado destacable en mi opinión. Es un poco «mazacote». Pero merece la pena entrar por ver la tumba de Francisco II de Bretaña; un monumento renacentista. Dos estatuas yacentes (Francisco y su mujer) de mármol blanco de Carrara coronan este monumento que tiene un león, un perro, angelitos y cuatro doncellas que representan la justicia, la fortaleza, la templanza y la prudencia. Para tener más de quinientos años se conserva estupendamente.

También dentro de la catedral está el cenotafio del general Lamoricière. Es otro monumento de mármol blanco (con columnas y todo) y cuatro estatuas de bronce negro alrededor (representan la fe, la sabiduría, el coraje militar y la caridad).

catedral de Nantescatedral de Nantes

Nantes es una ciudad muy agradable para pasear; tiene muchas plazas con fuentes espectaculares, parquecillos, calles peatonales y mucha vida. Junto al río Loira hay un paseo que está dedicado a la historia de la esclavitud. Nantes fue un centro importante en el tráfico de esclavos entre Europa y América, y en el suelo de este paseo hay cientos de placas con nombres de barcos negreros que salieron de aquí. Y de muestra, un botón:L'Amitié, zarpó de Nantes en 1728

L'Uni, zarpó de Nantes en 1788L'Aimable Therese, zarpó de Nantes en 1772L'Aimable Pucelle, zarpó de Nantes en 1753La Jeune Celine, zarpó de Nantes en 1830

En fin, un par de días más sociales que culturales que me han servido para coger fuerzas para la recta final del viaje.

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