En Breslavia (Wrocław para los amigos) ya estuve hace unos años. Y los más viejos del lugar recordareis que di cumplida cuenta de esa visita en este, vuestro blog. Por si tenéis interés en comparar; fueron los días 11, 12 y 13 de agosto de 2010 (enlaces a las entradas respectivas en los números).
En esta ocasión solo he estado un día. Un día muy completo. Un día de nubes, lluvia y claros en el que he comprobado que la ciudad sigue siendo tan encantadora como era hace tres años y que han añadido un servicio de bicicletas públicas práctico y barato.
Maja, nuestra amiga local, sólo ha podido acompañarnos a Juliana y a mi un rato por la mañana. Nos ha dado el tour básico por el centro y nos ha enseñado algunas de las nuevas estatuas de gnomos que se han ido añadiendo al paisaje urbano. Parece ser que ya hay más de 250; y el número sigue creciendo.
Cuando Maja nos ha dejado hemos ido a comer a Multifood STP, un restaurante auto-servicio en el que te cobran los platos por peso (independientemente de lo que comas) y nos hemos puesto hasta las trancas de pierogi y otras delicias locales por 5 eurillos cada uno. Después de algo así lo que pega es una siesta, pero me he conformado con sacarme una foto fingiendo una junto al enano dormilón y hemos seguido camino.
Hemos recorrido islas y parques, iglesias y museos cerrados. Y nos hemos pasado un rato tratando de recrear una foto de 1945 que está reproducida al lado del sitio donde fue tomada. Os pongo la versión original y mi versión de 2013, yo creo que es bastante fiel…
Cenamos en casa de Maja, con sus compañeros de piso y el perro Guča. Queríamos ir a ver el espectáculo de la fuente de colores, pero llovía y en lugar de eso nos quedamos en el calor del hogar, compartiendo historias y cervezas. Entre las historias está la del perro, Guča, que contaré en una mini-entrada próximamente.
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