Bohemia del Sur

sábado, 7 de agosto de 2010

2010_0807_121534AA 2010_0807_095444AA De sofá a sofá a tiro por que me toca. Elle, mi estupenda anfitriona de Brno, me ha acercado a la estación de autobuses en coche. Allí he cogido el bus regional de las 9:00 am, que hace parada en cada aldea del camino hasta Ceske Budejovice y llega allí a las 13:10 (8€). Al igual que ayer, mucha lluvia por el camino, bosques, ríos, pequeños pueblos con encanto… lo natural.

A la estación de Ceske Budejovice ha venido a buscarme Vladia (Vladimir), mi anfitrión en estos parajes. Vladia, su mujer Monika y sus hijos Martin y Cristian viven en Dobrá Voda, localidad cercana a C. Budejovice. Cuando hemos llegado Monika me ha ofrecido un plato de una sopa “de abuela” estupenda y me ha llevado a ver la maravilla de la región, Cesky Krumlov. Vladia se ha ido a una fiesta de cumpleaños que trataré de describir más adelante.

Cesky Krumlov 

Cesky Krumlov Cesky Krumlov es un pueblo listado como patrimonio de la humanidad por la Unesco, e incluso bajo la lluvia se percibe que lo merece. Por cierto, he de comentar que, como podéis ver en la foto, Elle (la de Brno) me regaló el estupendo paraguas amarillo (Thanks, Elle!). Decía que es un pueblo estupendo, con una arquitectura medieval espectacular y un castillo del siglo XIII que, dicen, es el segundo más grande de Chequia. Parece que durante la era comunista la ciudad cayó en decadencia, pero después de la revolución de terciopelo de 1989 se ha restaurado gran parte de la belleza de este lugar. Hicimos una parada en una tetería que pertenecía a un amigo de Monika y Vladia en la que probé un plato árabe desconocido para mi, pero realmente rico, Baba Ghanoush.

fiesta local en los alrededores de Nové Hrady Después del té fuimos a ver/recoger a Vladia a la fiesta, en un pueblecillo llamado Doubravice. A ver si entre las fotos y lo que escriba puedo daros a entender como funciona esto. Campo, un techado con una mesa debajo, una caseta con un grifo de cerveza, otro techado más pequeño con un cerdo asándose a la brasa. Y unos 20 o 30 checos de campo, más silvestres que las amapolas, bebiendo y comiendo desde la mañana. Monika y yo llegamos allí sobre las 19:30 y el espectáculo era fascinante. El grupo más grande estaba bajo el techado, sentados (o tirados sobre la mesa). Sin embargo unos cuantos, entre los que se encontraba Vladia, permanecían al raso, empapados, bebiendo bajo la lluvia. Mi paraguas amarillo era un foco de atracción. Así que enseguida me encontré con una jarra de litro (vacía pesaba alrededor de un kilo) llena de cerveza en la mano y un tipo de Kazajistán (que aún no sé que pintaba allí) contándome vete tu a saber que historias en ruso a dos centímetros de mi cara. Por lo visto el tipo había apostado un rato antes que se podía beber una botella de vodka en solitario y ya había ganado. La verdad es que me habría encantado quedarme más tiempo, pero creo que Monika pensó que estaba un poco intimidado y seguramente también que su marido había bebido suficiente, así que nos cogió a los dos y nos llevó de vuelta a casa.

fiesta local en los alrededores de Nové Hradyfiesta local en los alrededores de Nové Hrady

No hay comentarios:

Publicar un comentario