Bajando el Mekong, día 2

NOTA:estoy publicando esta entrada junto con la de ayer y una modificación en la de antes de ayer. Si quereis leer en orden cronológico teneis que bajar en la página y leer primero las entradas desde la orilla del Mekong y Bajando el Mekong, día 1.

A las cinco fui despertado por un gallo, pero volví a dormirme y amanecí a las siete. Mientras esperábamos a que nos prepararan el desayuno Jaquy bajó al barco a dejar los cojines para reservar buenos sitios. Lamentablemente el nuevo barco era todo de bancos de madera, así que los cojines que compramos ayer han sido de mucha utilidad :)

A las diez en punto, después de esperar un buen rato, salió el barco. El viaje en sí ha sido similar al de ayer. Maravillosas vistas de la selva, muchos árboles, pequeñas aldeas de chozas de madera, pescadores y río, mucho río. Mejor veis las fotos y videos para haceros una idea (enlaces a la derecha de estas lineas).

En el camino jugué con unos brasileños e ingleses que teníamos al lado y bastante más gente de la parte de atrás del barco a un juego llamado “The unmasking game”. Unos bancos más adelante se sentaba un tipo con un pasamontañas y el juego era una porra en la que cada participante decía la hora a la que creía que el tipo se lo quitaría, la apuesta eran 1.000 kips laosianos (0,09€). El caso es que se fue corriendo la voz y, algo que empezó con 4-5 personas acabó congregando a unas 15 o 20 que, entre risas, emplazaban sus apuestas. El tipo no se dio cuenta en ningún momento, aunque creo que luego se lo dijeron. No gané.

        

También es destacable el grupo (unión de varios grupos diferentes) de veinteañeros que acabaron con la cerveza del barco, vitorearon a los tripulantes que, en una parada, pasaron más cerveza desde otro barco y terminaron el viaje odiados por el resto del pasaje. Bastante molestos, la verdad.

Llegamos a Luang Prabang a las cinco y media. Luang Prabang está considerada por muchos como la ciudad más bonita de Asia y es patrimonio de la humanidad. Pero mi primera impresión fue de tráfico, polución y hostales “caros” (comparando con Tailandia). Después de mucho buscar encontramos uno, un poco apartado, donde la habitación cuesta 70.000 Kips (6,65€) con tele -satélite, CNN,BBC…- baño, agua caliente y bastante limpio.

Dimos una vuelta por el mercado nocturno donde se venden preciosas telas, camisetas, licores con serpientes o escorpiones dentro… y cenamos en condiciones en un sitio para guiris. Pedí la famosa ensalada de papaya laosiana, pero o me pusieron otra cosa diferente o la ensalada es una mieeeerda, es como de col, caliente y con una salsa apestosa y asquerosa. Mira que es difícil que yo deje un plato entero en la mesa, pues hoy (ayer en realidad) ha pasado.

Anecdotario: a pesar de que en los dos días que llevo en Laos he usado bahts tailandeses, dólares yanquis, euros y kips laosianos creo que me manejo bastante bien con los cambios. Suelo preguntar los precios en diferentes monedas (aquí lo aceptan todo) para elegir la opción de pago más barata. Creo que me he ahorrado unos eurillos así.

 

NOTA: estoy subiendo estas entradas en un restaurante con WIFI. Por algún motivo no me deja subir las fotos a la galería… ya os avisaré cuando estén listas.