Praga en buena compañía

miércoles, 21 de agosto de 2013

Mi anterior visita a Praga (en 2010, entradas al respecto aquí y aquí) me había dejado un regusto algo áspero. La masificación, el calor, el cansancio y los precios comparativamente (muy) altos tiznaron un poco mi percepción de las maravillas que hay en esta ciudad. En aquella ocasión había llegado desde una zona rural (České Budějovice) y el contraste me pilló un poco a contrapié. En esta ocasión, ya sobre aviso de los inconvenientes de la ciudad y en (muy) buena compañía, he disfrutado mucho más.

PragaPragaPraga

Hemos dedicado la primera mañana de la estancia a hacer un tour (gratuito, por supuesto) muy completo que da una buena idea del centro y de la historia de la ciudad. La guía, Diana, se sabe un montón de anécdotas que cuenta con mucho colorido, haciendo del paseo una experiencia muy interesante y recomendable.

Diana, la guía de Pragamonumento a Kafka, Praga

Praga Ese mismo día se cumplía el 45 aniversario de la invasión soviética que puso fin a la famosa Primavera de Praga. En la plaza de Wenceslao se conmemoraba el aniversario con una exposición con un tanque y otros vehículos de la época y una pantalla gigante donde se pasaba un documental con videos de aquel acontecimiento. Decenas de personas de pie en la plaza veían la proyección en silencio y con gesto muy serio, se podía sentir que muchos de ellos habían vivido ese trágico momento de la historia de su país.

vista desde el parque Letná, Praga El parque Letná estaba entre el hotel y el castillo, así que lo recorrimos varias veces y merece un reconocimiento por si mismo. Está situado en una colina que baja hasta el río Vltava. En el punto más alto hay una explanada de cemento en la que en tiempos se situaba la estatua de Stalin. Hoy en su lugar hay un metrónomo gigante, que parece una de esas bombas que hay en los pozos petrolíferos en las películas estadounidenses. En el parque hay una gran cantidad de árboles, sobre todo coníferas, mucho césped, una zona de recreo con mesas y bancos de madera y muchos más praguenses paseando que turistas. ¡Ah, y unas vistas magnificas sobre la ciudad! (Como atestiguan la foto de la derecha y la panorámica nocturna que hay más arriba).

parque Letná, Praga

niño Jesús de Praga El último día teníamos bastante tiempo para recorrer lugares porque habíamos quedado a las seis de la tarde con Martin, un alemán con el que habíamos contactado a través de blablacar para que nos llevara a Núremberg. Estuvimos en el castillo, por el centro y visitamos al archiconocido niño Jesús de Praga. Está en la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, en un la lateral. Decenas de fieles sentados en los bancos o de rodillas rezaban a su alrededor, algunos (sobre todo mujeres, pero también hombres) lloraban. No sé muy bien porqué, porque la historia del niño Jesús de Praga se me escapa, pero supongo que apelarían a sus cualidades milagrosas para curar una enfermedad o le agradecían la consecución de algún objetivo. Por si a alguien le surge la duda: no, no iba de primera comunión.

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