Ljubljana, Eslovenia

sábado, 10 de agosto de 2013

Uno siempre tiene la impresión, al ir a un país del “Este”, de que allí deba hacer fresquito. Y, cuando uno va en verano, la realidad puede (suele) ser muy diferente. Mi llegada a Ljubljana, a mediodía de un jueves cualquiera de agosto, fue más que chocante. Al bajar del autobús que me traía de Venecia (ciudad que dejo pendiente para otro viaje; en esta ocasión tan solo la he usado para cambiar del tren que cogí en Verona al bus que me llevó a Ljubljana) fui recibido por una brisa seca y dura que quemaba en los pulmones. La temperatura (leí luego) estaba alcanzando unos máximos históricos de más de 38º centígrados. En esas condiciones el paseíllo de la estación al hostal en el que quería quedarme se convirtió en una travesía a la que no voy a poner muchos adjetivos porque no quiero que me llaméis exagerado. Tan solo diré que eran cerca de dos kilómetros y que, naturalmente, iba cargado con las mochilas.

hostal DIC, Ljubljana El hostal DIC, que es una residencia universitaria que se convierte en pensión en verano, está un gran edificio en una zona alejada del centro de la ciudad. Pero aquí el término “alejada” es relativo. Ljubljana es una de las capitales más pequeñas que uno se puede encontrar en Europa: apenas tiene 270.000 habitantes y el centro urbano es bastante reducido. Así que este lugar “alejado” apenas está a 15 minutos andando de los “tres puentes” (lugar que se considera el centro de la ciudad). Es una buena elección porque el precio de la estancia en un dormitorio de tres camas (en teoría compartido, pero yo dormí solo) es relativamente barato (aunque antes de entrar en el Euro este país debía ser mucho más asequible) e incluye un desayuno buffet bastante completo.

LjubljanaLjubljana

Como he dicho la ciudad es pequeña, y yo tenía dos días y medio para verla. Así que me lo tomé con mucha calma. La primera tarde me di un paseo general. La mañana siguiente hice medio tour guiado gratuito, por la tarde visité el castillo y en el último día hice el otro medio tour gratuito (afortunadamente estaban a la misma hora en el mismo sitio que el día anterior) y por la tarde visité el barrio “okupa”.

LjubljanaLjubljana

Ljubljana es una ciudad con un río, puentes, fuentes, estatuas, iglesias, algo de arquitectura art déco, parques y una escarpada colina con un castillo. O sea, nada excepcional. Pero si se rasca un poco se encuentran historias interesantes.

puente de los dragones, LjubljanaComo la del famoso puente de los dragones, que fue construido en 1901, cuando Ljubljana pertenecía al imperio Austro-Húngaro. Es el primer puente construido con hormigón armado; los ingenieros Austro-Húngaros usaron esta ciudad (y a sus habitantes) como conejillo de indias y construyeron el puente aquí para ver si aguantaba bien antes de hacer otros con este material en ciudades más importantes como Viena o Budapest. Porque siempre ha habido clases…

 

monumento a France Prešeren en LjubljanaTambién es destacable la historia de la estatua que adorna la plaza principal de la ciudad. Hasta 1991 Eslovenia no tenía país, bandera, escudo, ejército o reyes, tan solo tenía un idioma. Por este motivo la literatura y la poesía son muy importantes para este pueblo. Así que en lugar de representar a un rey o gobernante heroico los eslovenos eligieron a su más reconocido poeta, France Prešeren (1800-1849), para decorar este lugar y hacerlo emblema de la ciudad y, por extensión, del país. La estatua representa al escritor y, por encima, a una musa que tiene la osadía de mostrar los senos. Esto se lo tomaron muy mal el párroco de la iglesia que hay en la plaza y el obispo de la ciudad, que protestaron enérgicamente cuando la estatua fue erigida. Ante el escaso éxito de sus apelaciones se dedicaron durante un tiempo a subir por las noches a la estatua y vestir a la musa con telas. Al final se llego a la solución consensuada de poner un árbol entre la estatua y la iglesia, de este modo los pechos de verde bronce quedaron ocultos de la entrada del templo y las almas de los fieles libres de tentaciones mundanas.

Otro hito importante de la ciudad es la fuente de los tres ríos, construida por un escultor italiano en mármol de Carrara. Tres figuras humanas representan a los tres ríos principales de Eslovenia en una disposición y estilo que recuerda a la fuente que hay en la plaza Narbona en Roma.

fuente de los tres ríos, Ljubljanafuente de los tres ríos, Ljubljana

Ljubljana El siguiente lugar importante es el castillo, al que se puede acceder por funicular o caminando. Como fui después de un tormentón épico que refrescó mucho el ambiente subí andando por una carretera que hay por detrás y que pasa por unos bosques en los que el olor a pinochas mojada y las vistas del atardecer sobre la ciudad y las montañas a lo lejos compensan sobradamente el esfuerzo (que no es tampoco excesivo, la verdad). El castillo en sí no vale mucho si no pagas la entrada a cualquiera de las exposiciones que hay en su interior, ya que la parte que se puede visitar gratuitamente es el patio de armas y un muro lateral desde el que solo se ve la parte moderna de la ciudad. Desde el exterior se puede ver algo del centro histórico, pero entre árboles.

Ljubljana

Y, por último, he de reseñar el barrio okupa. Un singular conjunto de cuatro o cinco manzanas un poco apartado de las zonas más transitadas. Las edificaciones son únicas: con colores, pinturas y elementos ornamentales extraños que les dan una personalidad que no deja indiferente. La dificultad para describir esto me lleva a poner alguna foto más de lo habitual, para que os hagáis una idea. Por cierto, el tipo que sale en la última está aquí por petición propia (Yo pasaba por allí, cámara en mano, y él me dijo: “¡Hey, chaval!, sácame una foto”).

barrio okupa de Ljubljanabarrio okupa de Ljubljanabarrio okupa de Ljubljanabarrio okupa de Ljubljana

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