Una tarde en Riga

Hoy ha sido un día un poco de transición. El autobús a Riga no salía hasta las 12:25, así que he pasado la mañana charlando con Normunds y Monta sobre diversos temas. Entre otras cosas nos hemos recomendado películas españolas y rusas. La despedida ha sido bastante dura para mi. Gente como esta no se conoce a menudo y, aunque solo haya estado con ellos durante dos días, estoy seguro de que los voy a echar de menos.

Pero la vida sigue, los autobuses no esperan y hay otras Mary Poppins que cuidarán de mi en otros lugares. Aunque por lo pronto estemos mi mochila y yo, a lo lobo solitario.

El viaje en autobús a Riga dura algo más de tres horas (8,60 € + 1,70 € por “facturar” la mochila) , cuando he llegado me he ido directamente a buscar alojamiento en un hostal que había localizado previamente en internet, muy cerca de las estación y justo detrás del mercado central. Se llama Posh Hostel y es bastante sucio y ruinoso. Lo mejor es que, no sé muy bien como, he conseguido que me den una habitación de seis camas para mi solo por 11,50 €. Así que no me puedo quejar mucho. Sobre todo teniendo en cuenta que según hostelworld en el alojamiento no hay camas libres (¿?).

Riga, o al menos el centro de Riga, es una ciudad bastante compacta y fácil de recorrer a pie. Cuando me he decidido a salir a explorarla ya era bastante tarde y tan solo he dado un paseo de menos de dos horas por el centro, con calma. En la oficina de información turística me han dado un mapa y el programa del festival de música que empieza mañana. También me han indicado un lugar para cenar bastante fantástico que ha sido mi primera parada. El restaurante Lido está en una de esas calles turísticas que toda ciudad tiene llena de restaurantes con terraza. Jamás hubiera entrado si no me lo hubieran recomendado. El interior es bastante grande, incluso tiene entrada/salida por la calle de detrás, y es tipo autoservicio. La comida es excelente y los precios bastante ajustados. Por 8,50 € me he puesto las botas con jarra de cerveza.

En el apartado turístico he de comenzar con el mercado central, que tiene cuatro naves que son antiguos hangares de zepelines traídos desde cerca de Liepaja y reconvertidos. En su interior y alrededores hay multitud de puestos de todo tipo cubriendo una extensión que hace que este sea uno de los mercados más extensos, si no el más, que he visto nunca.

El centro de Riga, cruzando el canal y las vías del tren desde el mercado, es bastante compacto, como ya he dicho. Solo he dado una vuelta rápida, pero la impresión ha sido excelente, casas de colores vivos de un estilo en general bastante germánico, iglesias con torres altísimas en cada esquina y quizás más turistas de los que esperaba.

Como he dicho, ha sido una breve primera toma de contacto, mañana más y mejor.