La colina de las cruces y Frank Zappa

jueves, 23 de agosto de 2012

Corriendo he entrado a la estación de autobuses, a toda prisa he depositado  la mochila grande en consigna y jadeando he subido al autobús que se ponía en marcha (0,80 €). Eran las 8:27 AM y si el conductor no se hubiera retrasado un  par de minutos habría tenido que esperar más de una hora para coger el siguiente. Y no habría podido ser el primer turista del día en la colina de las cruces.

camino a la colina de las crucescamino a la colina de las cruces

Era un autobús de pueblo, de esos construidos en la URSS en los años cincuenta, con asientos de madera, cristales sucios y viejecillos vestidos con trajes de la misma época. Para contrastar un poco, en la radio los Gipsy Kings nos aseguraban a todos que siempre cantarán esta rumba tan gitana. Aunque dudo que nadie en el autobús realmente captara el mensaje.

la colina de las crucesla colina de las cruces

Me he bajado en el cruce en el que una señal indicaba, en perfecto lituano, que “a la Colina de las cruces para allá”. Desde ese punto había un paseo de dos kilómetros hasta el centro de información turística del lugar. Los puestos que venden cruces, postales, rosarios y demás merchandising estaban en aún montándose cuando he tomado el caminillo de baldosas grisáceas que lleva hasta el monumento.

la colina de las cruces

la colina de las cruces La colina de las cruces es, como colina, una pequeña decepción. Muy pequeña, en realidad. Casi se podría decir que es un montículo. Y ni siquiera uno demasiado grande. Pero su gran fuerza reside en la segunda parte del nombre. Cruces hay, y muchas. En el siglo XIX Lituania estaba bajo el dominio de los Zares de Rusia, de religión ortodoxa. La población local era de tradición católica y a alguien se le ocurrió poner una cruz de esta confesión en lo alto de esta colina como símbolo de la lucha por la independencia. La idea prendió y la colina pronto se vio sembrada de cruces de todos los tamaños y colores. Después de la II guerra mundial Lituania fue, una vez más, ocupada por los rusos, en este caso comunistas. Esta ocupación duró hasta 1991. Especialmente a partir de los años 70 esta colina volvió a ser un símbolo de la lucha del pueblo lituano por la independencia. Durante años los rusos barrían la colina con buldócer durante el día y los lituanos plantaban nuevas cruces durante la noche en un extraño y simbólico baile.

la colina de las crucesHoy en día nadie se dedica a quitar las cruces, pero si que viene mucha gente a poner más. Así que, como podéis ver en las fotos, la colina está absolutamente cubierta de ellas. De todos los tamaños. Con textos en todos los idiomas. Cruces colgando de cruces. Cruces clavadas en cruces. Alguna estatuilla de la virgen aquí y allí… y cruces a espuertas. He llegado a este lugar a las nueve de la mañana. El sol proyectaba las sombras de las cruces bajo mis pies y el viento hacía tintinear los colgantes más pequeños y me erizaba los pelos de la nuca. He recorrido la colina en un estado bastante sobrecogido, leyendo algunos de los mensajes que, en millones de idiomas distintos, hay en muchas de las cruces; Esquina corrientes, Argentina. Peregrinos de Gdansk. Iglesia episcopal metodista de África…

la colina de las cruces la colina de las cruces

Ya estaba de vuelta en la oficina de información, tomándome un chocolate caliente de la maquina de vending que hace las veces de cafetería del lugar, cuando ha comenzado a chispear. Afortunadamente ha sido una lluvia breve y leve y no me he mojado mucho en los dos kilómetros de vuelta hasta la carretera y en la espera al autobús de regreso a Šiauliai.

Por los pelos he cogido el bus de las 11:00 a Vilna (13,90 €) y a las tres de la tarde estaba en casa de mi anfitriona, Agne.

Por la tarde he dado un paseíllo por el centro en busca del monumento a Frank Zappa. Este busto, que se alza a cuatro metros de altura, es otro elemento que sirve como ejemplo para manifestar lo peculiar y heterodoxo del espíritu lituano. Zappa no estuvo jamás en el país y no tiene nada que ver con él. Al morir, en 1993, el presidente de su club de fans en Lituania pensó que pedir a las autoridades que se construyera un monumento en Vilna a una figura tan irreverente e iconoclasta como el músico norteamericano sería un buen modo de poner a prueba las nuevas libertades adquiridas en el país (Lituania se independizó de la URSS en 1991). Consiguió firmas de numerosos artistas e incluso algunos miembros del parlamento y en 1995 se mostró al mundo el que es, presuntamente, el único monumento del universo conocido dedicado al maestro.

Frank Zappa en Vilna

Periodismo musical es gente que no sabe escribir, entrevistando a gente que no sabe hablar, para gente que no sabe leer.
Frank Zappa.

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