Esta mañana me he ido con mi hermano y unos amigos a andar por la sierra. El día ha amanecido nublado y amenazando lluvia. Durante toda la subida hasta el mirador de los poetas oscuros nubarrones poblaban el cielo, pero afortunadamente no rompió a llover en ningún momento. Lo cierto es que el cielo cubierto y el frio aire matutino han sido unos buenos aliados para realizar una subida tan exigente como esta.
Hemos comido sobre unas rocas en el mirador disfrutando de unas maravillosas vistas sobre el norte de la comunidad de Madrid y con las nubes, ya en franco proceso de dispersión, jugando a subir y bajar montañas.
Durante la bajada las nubes comenzaron a ceder y pudimos ver algunos claros de cielo. Para cuando llegamos al coche, que estaba al lado del Hospital de la Fuenfría, el sol había gando la batalla y las pocan nubes que quedaban en el cielo se batían en cobarde retirada.
Y eso es todo, el resto del día lo he dedicado a descansar. Y el Miercoles a Navalmoral de la Mata.
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