11 de Septiembre, la boda de Marta

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Linda y yo, al fondo la residencia de verano del Papa Antes que nada quiero avisar de que las fotos de este día no están aún en la galería porque me faltan las de los demás partícipes. Por lo pronto os tendréis que conformar con las que ilustran esta entrada. En cuanto actualice la galería os aviso.

Pues bien, a lo que iba. El día amaneció despejado y caluroso, como diciendo "hoy vais a sudar la camisa, chavales". Y efectivamente, así fue. Para empezar el autobús que nos llevaba del hotel al pueblo de Castelgandolfo nos dejó en la estación del pueblo, que está en la parte de abajo. Así que tuvimos que subir andando una cuesta muy empinada con suelo de adoquines y ni un rastro de sombra. Es uno de esos momentos en los que te alegras de no tener que llevar tacones. Al menos las vistas sobre el lago Albano durante toda la subida son bonitas (Plano del recorrido aquí).Lago Albano

Arriba del todo se encuentra la plaza del pueblo, donde está la Iglesia en la qumenue se celebró el enlace y la entrada a la residencia de verano del Papa, con guardia suiza y todo. Como es lógico la ceremonia fue en italiano, pero prestando atención se entendía bastante bien todo. Más  complicada fue la lectura que la madre de Marta hizo en catalán. Curiosa ceremonia, vive Dios. Al terminar, lo típico, salimos a la puerta a asarnos de calor y mantener un puñado de arroz cociéndose en la mano durante media hora a la espera de que aparezca la pareja para tratar de sacarles un ojo. Nada que no hayamos visto todos. Tras volver a bajar la cuesta el autobús nos llevó de vuelta al hotel, donde se celebraba el banquete. Para empezar un aperitivo buffet en la terraza con mogollón de cosas. Embutidos, quesos variados (magníficos, por cierto), ensalada de pulpo, una especie de tortilla de patatas empanada muy rica, salmón al horno, croquetas y frituras variadas... Y luego a la mesa. Estuvimos juntos los erasmus con dos amigas de Marta del curro. El menú consistía en cuatro platos, arroz, pasta, pescado y carne. Como para quedarse con hambre, vamos.

¡¡confetti!!el aperitivo 

la tarta  terrazadespues del baño

Luego más tipicadas, baile y los italianos que habían ido a Barcelona a la despedida tratando de emborrachar a los catalanes como venganza. Todo entre la pista de baile y la terraza. Al caer la noche nos bajamos todos a la piscina, desde donde Marta y Guillermo se encargaron de pedir unas pizzas para cenar (20 pizzas que volaron en minutos). Y después poco más, seguimos al lado de la piscina un rato y nos acostamos sobre la una. En definitiva, un gran día.

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