Couchsurfing meetings, 2/3

sábado, 7 de marzo de 2009

Más de lo mismo, Guillermo se ha ido a ver Ayuthaya (yo ya lo conozco) y yo me he levantado tarde y he estado zanganeando hasta la hora del encuentro. A medio día he recibido un correo de Jacqueline, la chica chilena que me encontré en Sukhothai y con la que recorrí parte de Laos. Resulta que también está en Bangkok. A ver si quedo con ella mañana.

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2009_0307_192413AA Lo importante del día ha sido la quedada con la gente de couchsurfing, como los más astutos habrán deducido por el título de la entrada. Hemos quedado en un buffet barbacoa, he llegado diez minutos tarde y allí solo estaba Anastasia (Ya os hablé ayer de ella)… y teníamos una mesa para 25 :-| El caso es que poco a poco han ido llegando los demás y al final la cosa ha estado muy animada. Entre que es al aire libre y los calentadores que ponen encima de la mesa para cocinar la carne, pescado… hacía un calor tremendo, pero tremendo, tremendo. El caso es que he vuelto a ver a gente que había conocido en los otros encuentros y he conocido a mucha gente nueva e interesante. Lo malo de estas cosas es que con tanta gente uno se hace un lio. Sobre todo uno, como yo, para el que no es fácil retener datos -léase nombres de personas- en la memoria.

Después de la cena se han ido casi todos a una discoteca y me he unido al pequeño grupo disidente que se ha ido a un sitio más tranquilo a tomar unos batidos. Éramos 4 tailandeses, un yanqui, un inglés, una polaca, un argentino, un francés y el español que escribe estas líneas. Nos hemos presentado todos a lo alcohólicos anónimos 2009_0308_005402AAy hemos estado charlando unas dos horas allí. Para volver a casa tenía que coger dos autobuses o andar mucho y coger solo el segundo, así que decidí andar, entre otras cosas porque Bruno y Camilla iban al mismo sitio y en buena compañía siempre es agradable pasear. Ellos se quedaron en la parada de enfrente y cuando llegué a la mía estuve preguntando a unos locales por el bus para Khao San Rd., más que nada para asegurarme.  Uno de ellos estuvo especialmente amable y se subió al mismo autobús que yo. El caso es que cuando fui a pagar mi billete al revisor el tipo ese lo había pagado ya por mi. En ese momento decidí que el último llavero de España que me quedaba tenía dueño. Así que se lo di y el personaje, supongo que en agradecimiento, me acompañó -después de bajarnos del autobús- casi hasta la puerta de mi guest house. Estos tailandeses son el no va más.

Nota: cuando llevábamos un rato cenando ha llegado Michel, un “nómada” francés que nos ha dejado boquiabiertos a todos cuando ha sacado de su mochila un letrero luminoso anunciado el evento (ver video).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo, no es por nada Dani, pero que un hombre sea tan amable contigo, se suba a tu mismo autobus, te pague el billete y luego te acompañe a la puerta de tu hotel, oye, me hace sospechar cuanto menos!
Y seguro que no soy la única que ha pensado lo mismo!!! (espero...)
Que ganas de que llegues y poder darte el mismo abrazo que te di cuando te fuiste, para que me lo devuelvas claro, que estoy escasa de abrazos y el que te di era de muy buena calidad! jaja
Un besín
Carmen Ostos. (¿quien soy? Pues Queca!!!)

Anónimo dijo...

Bueno, pues ya estan confirmadas mis sospechas. De viaje a Tailandia a que te acompañen "señoritingos"(cuanto daño hizo Extremadura en mi niñez) al hotel...
¡Y yo no digo nada que luego todo se sabe...!
Te seguimos queriendo y si no ya esta tu abuela que siempre te querrá, pero este año te vas tu solito al EXCALIBUR o KANTERBURY o como se llame.
Un saludo desde la capital del imperio visigodo.

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