Mai Chau, a lo rural

jueves, 5 de febrero de 2009

A las cinco y media me he levantado. Tenía que coger el bus de las 6:00 hacia Mai Chau, a donde quería haber llegado ayer. Me despedí de mis anfitriones agradeciéndoles todo lo que habían hecho por mi y me puse en marcha. Por cierto, estaba en una pequeña aldea llamada Coluong a tan solo 16 kilómetros de mi destino. También quiero comentar que, aunque aun no había amanecido, iba en manga corta. Nada de frio.

2009_0205_071658AA A las siete estaba en el centro de Mai Chau y caminé el kilómetro que me separaba de la aldea de Poomcoong, uno de los centros turísticos del “homestay”. El “homestay” (literalmente, “estancia en casa”) consiste en alojarse en casa de locales, normalmente pertenecientes a minorías étnicas, por módicos precios. Se supone que está de moda, pero creo que soy el único hombre blanco en kilómetros a la redonda. Me he metido en el primer sitio que he encontrado (2,50€ la noche) y, después de darme una ducha (de agua fría), me he ido a hacer unas cosas al pueblo:
2009_0205_083750AA 1- desayunar la ubicua sopa de fideos con carne.
2- cambiar dólares por dongs… 100 dólares = 1.746.000 dongs. ¡Soy millonario!
3- conectarme a la red a subir entradas, ver el mail… esas cosas. En el primer sitio al que he ido no he podido conectar mi ordenador, así que solo he hecho lo del correo. Pero luego he encontrado otro en el que he publicado las entradas pendientes y las fotos. Buena velocidad por 0,20€ la hora… si, si, ¡Veinte céntimos de euro!

 

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2009_0205_151809AA A las once y media estaba de vuelta en mi “habitación”. Creo que ayer me pasé andando un poco y me duelen “una mijita” los pies. Me he echado una siesta matutina y luego he salido a comer. Los “restaurantes” del pueblo no tiene ni carta y nadie habla ni una palabra de inglés. Así que me he acercado al hotel chulo a ver que tenían. Un menú, con una pinta maravillosa, eso sí, por 9 dólares. Me he reído en la cara del camarero y he salido de allí echando virutas. Así que he acabado en un bar del pueblo señalando las cacerolas donde estaba lo que quería. Al final he comido un arroz con verduras bastante decente y una coca cola por 2 euros. He comprado un kilo de mandarinas en el mercado (1€, un poco timo) y he dado un paseo entre los arrozales y las aldeas comiendo mandarinas. Muy buenas, por cierto.

2009_0205_160837AA Cuando he vuelto a casa, sobre las cuatro, el dueño me ha hecho sentarme con él a beber té, al rato ha llegado un vecino y ha sacado el licor de arroz. Entre los dos han intentado emborracharme, aunque no me he dejado. ¡Mira que les gusta a esta gente emborrachar a los visitantes!. Cuando se ha hecho de noche la mujer ha subido la cena y hemos comido los dos, bebiendo más licor de arroz, obviamente. He conseguido mantener el tipo bastante bien y he podido hacer una escapada de una horita a un ciber a ver el correo y charlar con la familia. Cuando he vuelto ya se habían acostado todos, así que yo he hecho lo propio.

Nota: todo el día nublado, con nubes densas, pero ni una gota de lluvia. Cuando volvía a casa por la noche había despejado un poco y se veía la luna.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eso de querer emborracharte tantas veces...jaja. Que majos! Te imaginas que fuese asi en España? Eso si...con vino tinto!
Ays, están locos estos vietnamitas como dijo el gran filósofo Obélix.
Un besito.
Quequilla!

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