Los piratas de Nameo

miércoles, 4 de febrero de 2009

2009_0204_065340AA Esta mañana he madrugado bastante para coger el “bus” (Sawngthaew) que sale de San Neua a las 6:30 y pasa por aquí, Vieng Xai, sobre las 7:15. El “bus” para (si se lo indicas tú) en el cruce de caminos, a unos 2 o 3 kilómetros del hotel. A las 7:10 estaba allí esperando y apenas tardó una hora en aparecer. En el interior un australiano, Miles, y varios laosianos cargados de cosas, lo de siempre, vamos. Antes de las 10:30 estábamos en la frontera. Esta es una frontera bastante remota y había leído que en el lado vietnamita son unos maestros en el arte del timo. No porque te vendan cosas falsas, sino por los precios. Iré numerando.

 

 

 

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2009_0204_112222AA El trámite de la frontera fue bastante rápido, tres militares detrás de una mesa pasándose nuestros pasaportes de uno a otro (el de Miles y el mío) y pasándolos por los escáneres de los ordenadores. En un momento dado uno me dijo que tenía una barba muy bonita y me recordó muchísimo a la escena “White boys, black boys” de la película Hair (en el video del enlace esperad a que canten los militares, 1:15). No pude evitar partirme de risa con la idea, pero no pareció molestarles. Allí mismo te cambian, con una tasa no demasiado mala, los kips laosianos por dongs vietnamitas. En otra sala te hacen firmar un formulario donde dices que no tienes enfermedades, por esto te cobran 2.000 dongs (0,10€). Le pagué con un billete de 5.000 y me devolvió 2.000 (timo, pequeño -0,05€-, pero timo, número 1). Ese mismo tipo te convence para que vayas en moto hasta el siguiente pueblo, Quanson, a 53 kilómetros. Fijamos el precio en 10$ (timo número 2, aunque había leído que te pueden cobrar hasta 20$ por esto) y el tipo llamó por teléfono a los motoristas. A mitad de camino la moto de Miles pinchó y nos quedamos allí, al lado de una aldea, esperando a que el motorista fuera a arreglarla. La verdad es que fue divertido, porque a unos 200 metros, en el río, se bañaban unas muchachas y los locales insistían, entre risas, en que les sacáramos fotos. Eso nos tuvo entretenidos los 40 minutos de espera. La verdad es que el viaje en moto es caro y te deja las posaderas bastante doloridas, pero es una gozada (hay video).

En Quanson negociamos el precio del bus hasta el siguiente pueblo con unos tipos que estaban allí mientras los motociclistas que nos habían llevado hasta allí nos pedían más dinero. Yo le dije al mío varias cosas muy feas en un perfecto castellano y le di la espalda, afortunadamente ahí acabó la historia. Curiosamente luego tuvimos que negociar el precio del bus otra vez con el conductor. Miles, que iba bastante más lejos, pagó 12,50€ y yo pagué 2,50€ por llegar hasta Dongtan, a 35 kilómetros (timo número 3). Empezaba a estar un poco harto de esto.

2009_0204_174412AA Una vez en Dongtan fui rodeado por motociclistas que me llevarían a Mai Chau por precios -relativamente- desorbitados, me senté a comer en un chiringuito y luego, cansado de esta gente, me puse a andar por la carretera… total, son solo 60 kilómetros :-S. Cuando llevaba 5 iba a parar a pensar en que leches estaba haciendo cuando pasó un coche y me paró, un hombre mayor y tres jóvenes que no hablaban ni una palabra de inglés. Conseguí entender que podían llevarme hasta la mitad del camino así que me subí con ellos y avancé unos 25 kilómetros por la cara. En esa aldea también tuve ofertas de motoristas, pero seguí andando. La verdad es que la carretera era preciosa, con un río al lado, montañas… pero empezaba a caer el sol y por allí no pasaban más que motos. Al final me paró un nota que acepto llevarme a Mai Chau por 5€ (aunque creo que el chaval no se creía que eso eran unos 7$). Aquí pasé un poco de miedo, porque el tío iba a 80 Km/h en las “rectas” y en algunas curvas apenas frenaba. Al final el malnacido me dejó donde le esperaban sus amigos, en una aldea llamada Coluong, a 16 kilómetros de mi destino, Mai Chau. Quería que le pagara 40.000 dongs (2€) por llevarme hasta allí. Por mucho que le dije que ya le había pagado él pasaba de mi, así que le dije tres cosas más bien ofensivas en español, inglés y alemán. Ya era de noche, pero no cedí y seguí caminando.

2009_0204_191309AA Empecé a acercarme a las puertas de las casas -aquí todo el mundo tiene la puerta abierta- haciendo el signo internacional de “dormir” a ver si había hostales o alguien me acogía o algo. Tuve la TREMENDA suerte de que en la tercera casa había una chica que hablaba un inglés bastante correcto. Le expliqué mi situación y ella, tras consultar con sus padres, aceptó acogerme por los 50.000 dongs que me quedaban (2,50€). Resulta que esa chica es una de las dos personas que habla inglés en la aldea, trabaja como guía en otro sitio y estaba allí de vacaciones. Cené con ellos, el padre y un vecino trataron de emborracharme a base de licor de arroz y vimos, todos juntos, la versión vietnamita de “Betty la fea” en la tele. A eso de las diez me subí a la habitación que tienen arriba a dormir sin poder creerme aún la suerte que había tenido.

Notas:
1- Por ahora Vietnam se me parece mucho a Laos, paisajes y aldeas similares, la única diferencia que he visto es que aquí parece que están plantando el arroz y -casi todos- los campos están anegados y algo verdes. Creo que aquí hacen dos cosechas al año, mientras que en Laos hacen solo una. No creo que sea por que los laosianos no sepan como hacerlo, más bien me da la impresión de que tiene que ver con la filosofía laosiana: ¿Porque hacer dos cosechas si con una puedo sobrevivir y trabajo la mitad?
2- En la conversión monetaria, para poner los precios en euros, voy a asumir el cambio a 1€=20.000 dongs. Aunque en realidad son unos 22.000 dongs, pero así es más fácil.

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