Caen y una playa con Historia (Francia)

domingo, 1 de septiembre de 2013

(Que aquí lo llaman kɑ̃ː, no te lo pierdas)

Nico y Amelie son los couchsurfers que me recibieron en su acogedora casa, me llevaron de barbacoa con sus amigos, me enseñaron su ciudad y me dejaron una bicicleta con la que pude recorrer algunas de las playas más famosas del mundo. Esta entrada va para ellos.

Caen  Caentumba de Guillermo el conquistador, Caen

CaenCaen es la capital de la región de la Baja Normandía, famosa en el mundo entero por ser el lugar donde comenzó el fin de la dominación Nazi en la Europa Occidental. Fue bombardeada a conciencia por los aliados en los días posteriores al desembarco (Junio de 1944) y quedó prácticamente devastada. El castillo que domina la ciudad, el espectacular ayuntamiento y la iglesia de San Esteban, donde está enterrado Guillermo el Conquistador, son algunas de las pruebas de que no hay nada que una buena restauración no pueda hacer parecer tan antiguo como debería ser.

BénouvilleGracias a la bicicleta de Nico y a la fuerza de mis piernas pude ir a ver al menos una de las archifamosas playas donde desembarcaron las tropas aliadas el seis de junio de 1944. Hay un camino para ciclistas y peatones que circula junto al “Canal de Caen”. A unos 11 kilómetros de Caen (en las afueras de Bénouville) el camino pasa junto al puente Pegaso, al lado del cual se encuentra la primera casa liberada por los paracaidistas de la infantería ligera inglesa, en la noche del 5 al 6 de junio. Desde aquel momento la casa fue un punto de acogida y hospital de campaña que ahora es un apacible café en el que, además de bebida y comida, se venden postales, medallas militares, placas conmemorativas y DVDs de “El día más largo” y documentales de la guerra.
Al otro lado del canal está el Museo Memorial Pegasus. Era el primer domingo de mes y me acerqué para ver si sonaba la flauta y la entrada era libre, pero la recepcionista me dijo que era un museo privado, que si no pagaba no entraba. Así que me limité a pasear por las cercanías, donde se puede ver, de gratis, un tanque, un cañón alemán y algunos monumentos que indican los puntos de caída de los paracaidistas ingleses. Sword beach

Seis kilómetros más adelante apareció ante mis ojos la playa de Ouistreham, más conocida por su nombre en clave: Sword. En esta playa desembarcaron las tropas británicas a las 07:25 de la mañana del 6 de junio con el objetivo de sobrevivir a las defensas alemanas y llegar cuanto antes a la ayuda de los paracaidistas que llevaban toda la noche esperando en la casa aquella que yo había visto seis kilómetros atrás.
La playa es un hervidero de turistas en bañador y quioscos de churros, flotadores y crepes. El día era caluroso, así que até la bicicleta a un poste y me di un baño y un paseo por la orilla recogiendo suvenires naturales, rodeado por algunos veraneantes que hacían lo mismo, como si allí nunca hubiera pasado nada.

Sword beachSword beachSword beachSword beach

Seguí pedaleando por el paseo de la playa unos kilómetros más, hasta el final de la playa de Ouistreham. En algunos lugares quedan, medio enterrados por la arena, restos de los embarcaderos de cemento que se construyeron para facilitar el desembarco de más tropas una vez la playa había sido asegurada. En el paseo hay un bunker alemán que ha sido utilizado como base para un monumento en forma de llama y otro dedicado al gaitero Bill.

Sword beachPiper Bill, Sword beach

El brigadier de la Primera Brigada de Servicios Especiales le dijo a Bill Millin que, como gaitero del grupo, tenía que desembarcar tocando su instrumento para animar a los soldados. Bill le recordó que las ordenanzas lo prohibían.
-Eso son las ordenanzas inglesas. Nosotros somos escoceses y eso no nos aplica –le contestó el brigadier.
Así que Bill bajó de la barcaza tocando Highland Laddie. Fue el único soldado que desembarcó con el tradicional kilt escocés, el mismo que su padre había llevado en la I Guerra Mundial.
Ahora un gigantesco Piper Bill de bronce infla la tripa de su gaita y mira hacia el sur en el lugar en el que su modelo puso algunas de las pocas notas humanas en aquella sinfonía irracional, desalmada y cruel.

regresando a Caen Si hubiera sido un poco más joven habría seguido por la costa hasta la siguientes playas: Juno, Gold, Omaha y Utah. Pero Juno, la más cercana, estaba a 11 kilómetros de allí y Omaha, la más famosa, a 45.
Y yo estaba ya cansado y no tengo edad ni condición física para hacer tonterías. Además me tocaba hacer la cena en casa de Nico y Amelie. Así que me di la vuelta y me fui por donde había venido, completando al llegar  a Caen un recorrido de unos 45 kilómetros.

Nota: en la entrada anterior se me pasó decir que aquí a Lille lo llaman lil.

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