Medio día en Rennes

lunes, 2 de septiembre de 2013

(Que aquí lo llaman Guen, no te lo pierdas)

Caen - Rennes A las nueve de la mañana Nico, mi anfitrión en Caen, me ha dejado en un punto estratégico y fantástico en el que no he tenido que esperar ni quince minutos para ser recogido por una amable señora que me ha llevado hasta el centro mismo de Rennes.

El único lugar de la ciudad con taquillas para equipaje es la oficina de turismo (no, en la estación de tren no hay, os lo aseguro), y los lunes no abre hasta la una. Eran las once y media y mi mochila grande pesa demasiado como para pasar el día caminando con ella a cuestas, así que tuve que hacer algo de tiempo; caminé despacito sin alejarme mucho de la oficina y me senté en la terraza de la cafetería más barata que encontré. Allí saboreé con calma un bocata estupendo al sol de la mañana.

En Rennes abunda las casas de estructura de piedra y madera, iguales a las viviendas tradicionales de Alemania. El centro es pequeño, con una catedral que me parece barroca y algunas iglesias góticas.

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parque del Thabor, Rennes El parque del Thabor bien merece una visita; es amplio y está dividido en dos partes claramente diferenciadas. Una parte es de estilo francés, donde el hombre adapta la naturaleza a la geometría básica y las esculturas y fuentes marcan los puntos a donde los caminos rectos y las flores alineadas apuntan. La otra parte es de estilo inglés; en esta el visitante se sumerge en un bosque con cascadas, puentecillos ocultos por la maleza y caminos que serpentean caprichosamente, todo aquí está pensado y estructurado de modo que parezca aleatorio, salvaje.

He paseado por la ciudad con calma, disfrutando del ambiente de las calles y de las fachadas de madera, durante unas horas. A las cinco había quedado con Laetitia, una chica que viajaba hasta Saint-Malo y a la que había contactado por blablacar para que me llevara hasta allí.

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Laetitia nació y vive en Saint-Malo y me llevó hasta la puerta misma de un hotel que era mucho más céntrico y barato que los que yo había preseleccionado en Internet el día anterior. Un hotel pequeño y familiar que nunca habría encontrado sin la ayuda de alguien del lugar.

Y lo que en Saint-Malo vi queda para la próxima entrada.

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