Saint-Malo, una sorpresa deslumbrante

martes, 3 de septiembre de 2013

Según mi planificación del viaje después de Rennes visitaría Lorient, que es famosa por el Festival Intercéltico que se celebra allí en agosto. Era el único lugar de la Bretaña sobre el que tenía referencias y tenía ganas de conocerlo. Pero mi anfitrión en Caen, Nico, me convenció para cambiar de destino y el día 2 de septiembre por la tarde me planté en Saint-Malo, una población muy turística conocida por sus playas y la ciudad medieval, llamada intramuros por encontrarse rodeada por una espectacular muralla circular.

Saint-Malo

En julio y agosto Saint-Malo debe ser un hervidero de turistas, por lo visto la población de la ciudad, que es de 50.000 habitantes, se cuadruplica en esa época. Pero a primeros de septiembre la cantidad de turistas no es exagerada. Laetitia, a la que había contactado por blablacar para ir con ella desde Rennes, me acercó hasta un pequeño y barato hotel familiar, cercano al centro, en el que seguramente no habría encontrado una habitación libre una semana antes, pero que estaba casi vacio cuando llegué.

Saint-MaloSaint-MaloSaint-Malo

Saint-MaloLa primera tarde di un paseo por la playa, disfrutando de un atardecer de los que hacen llorar de emoción, hasta los pies de la muralla. La marea estaba baja y la playa era muy ancha. Cerca de la muralla hay una roca grande con un castillo al que se podía llegar caminando. Dos días después, en la mañana que dije adiós a Saint-Malo, hice el mismo recorrido al amanecer y la marea alta no solo había convertido a la roca con el castillo en una isla, sino que la playa había quedado completamente cubierta por las aguas del Atlántico (debajo de estas líneas he puesto unas fotos comparativas). Parece que esta zona tiene uno de los rangos de marea más grandes del planeta.

Saint-Malo con marea baja Saint-Malo con marea alta

A la mañana siguiente recorrí la ciudad “intramuros”. Comencé recorriendo la muralla entera por arriba (entrada gratuita). Y luego recorrí el centro para visitar la catedral y perderme por las callejuelas y escalinatas que suben, bajan y serpentean entre casas de piedra. Este pueblo es realmente impresionante y perfectamente cuidado. A pesar de la gente y las tiendas y restaurantes modernos conserva su atmósfera medieval. En vez de hablar más os pongo unas fotos:

Saint-MaloSaint-MaloSaint-MaloSaint-MaloSaint-MaloSaint-MaloSaint-MaloSaint-Malo

Y para terminar os cuento que por la tarde me fui a la playa da darme un baño. La marea estaba subiendo y la playa es tan llana que cada diez minutos tenía que recoger mis cosas y subir veinte metros para que las olas no me mojaran la mochila. Esta es la misma playa que desaparece completamente con la pleamar.

Saint-MaloSaint-Malo

Y mañana Nantes; viejos amigos, Songoku y setas musicales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario