07 de Abril de 2012, 15:10. El vuelo AY3270 procedente de Barcelona - El Prat aterriza en un nevado aeropuerto de Helsinki - Vantaa. En el avión viajan dos personas que viven este aterrizaje con un sentimiento especial en el cuerpo. Mi amiga Lourdes y yo volvemos al lugar que una vez fue nuestra casa. La ciudad en la que disfrutamos de nuestra beca Erasmus en el curso 2001-2002. Yo no había pisado Finlandia desde que finalizó aquel curso y volví a España. El día 31 de Mayo de 2002. O sea, hace casi diez años.
Apenas 15 minutos más tarde aterrizaba el vuelo AY3184 procedente de Madrid - Barajas. En este avión viene Mario, el tercer integrante de este pequeño viaje al pasado.
Nos encontramos recogiendo el equipaje y nos ponemos en marcha hacia el centro de la ciudad en el autobús urbano 615. Nieva ligeramente y el trayecto lo amenizamos recordando viejos tiempos. Al pasar cerca del barrio de Pasila, donde vivíamos, los nervios nos hacen creer que estábamos frente a nuestro edificio un par de veces antes de reconocer, ya de forma fidedigna, el bloque en el que estaba nuestro viejo hogar. Guardamos silencio mientras lo vemos pasar, cada uno perdido en sus recuerdos.
En unos quince minutos estamos en el centro de la ciudad. Allí vivo (vivimos) otro momento intenso caminando hacia Aleksanterinkatu. Este recorrido lo he caminado infinidad de veces, lo conozco perfectamente, y sin embargo solo me doy cuenta de ello a medida que lo voy recorriendo. Como si al avanzar pasara una moneda por un boleto de rasca y gana en mi cerebro. Al cruzar la calle Yliopistonkatu entreveo, un par de manzanas a la derecha, el edificio donde se encontraba la facultad de Matemáticas. Ya habrá tiempo de acercarse. Ahora tenemos que llegar al tranvía y encontrar el apartamento que hemos alquilado para la semana, que hay quien lleva equipaje de refugiada y no es el momento de ponerse a pasear.
El apartamento, localizado en el barrio de Katajanokka, detrás de la Catedral Ortodoxa, nos sorprende gratamente. Es un dúplex con su cocinita, salón con TV, dos baños, balcón, 3 camas y un sofá. Perfecto para 3 e incluso 4 personas. ¡Y es lo más barato que pudimos encontrar en internet!
La primera salida, tras hacernos dueños de la que será nuestra casa durante una semana, es al K-Market. A comprar viandas para desayunar. Probamos unos típicos pasteles de arroz, que yo no había comido nunca. Es como comerse una esponja. Mala idea.
Para cuando hemos querido volver a salir estaba terminando de anochecer (En estas latitudes y por estas fechas el crepúsculo dura horas). Había dejado de nevar, pero el frio era bastante intenso y las calles estaban desiertas. Hemos dado una vuelta rápida por la Esplanadi y el centro, cena y retirada temprana. Mañana hay que madrugar. Mucho.
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