Estambul, día 2: palacio de Dolmebahçe

viernes, 8 de marzo de 2013

El cansancio después de la paliza de ayer no ha hecho (mucha) mella en nuestros espíritus y a las nueve y cuarto ya estábamos desayunados y saliendo a las calles para seguir explorando esta ciudad.

minarete de Hagia Sofia, Estambulminarete de Hagia Sofia, Estambul

La primera parada ha sido en la estación de tren de Sirkeci, estación terminal del mítico Orient Express. Nada demasiado interesante, la verdad. Tan solo es destacable la presencia de una vieja locomotora de vapor alemana.

puente Galata, EstambulHemos cruzado el puente Galata, donde decenas de estambulitas pasaban la soleada mañana pescando en el Cuerno de Oro. Ya en la zona norte de la ciudad hemos subido por empinadas calles, pasando la torre Galata, hasta el principio de la calle Istiklal. La principal calle comercial del moderno Estambul, como Preciados en Madrid o Portal del Ángel en Barcelona. Allí un tranvía clásico esperaba a que diera su hora para salir y recorrer toda la calle hasta el otro extremo, la plaza Taksim. Aparte de estos lentos y turísticos tranvías la calle es peatonal y se parece a cualquier otra calle comercial de Europa, las mismas tiendas, los mismos edificios neoclásicos, neogóticos o modernistas de principios del siglo XX… Me gustó la iglesia de San Antonio, o más bien la entrada al patio donde esta se encuentra. Esta portada (como la iglesia) es de estilo neogótico y destacan su galería superior y sus elegantes balcones. La iglesia no me impresionó mucho. Caminamos sin mayores eventos hasta la plaza de Taksim, donde se encuentra el monumento a la República, con estatuas de bronce en los lados Norte y Sur representando la guerra de la independencia y la llegada de la República. En ambos lados está, entre otros, Atatürk, el primer presidente de Turquía y gran héroe nacional.

calle Istiklal, Estambuliglesia de San Antonio, Estambulplaza de Taksim, Estambul

palacio de Dolmebahçe, Estambul Parando apenas unos minutos para tomar un té, bajamos la colina hacia el Este, hacia el Bósforo, camino del palacio de Dolmebahçe. A pesar de lo alejado que está del centro, y del brutal precio de la entrada (17€) el lugar estaba repleto de gente. Este palacio del siglo XIX fue construido para sustituir al de Topkapi como vivienda oficial del Sultán del Imperio Otomano. Una torre neobarroca de 27 metros de altura con un reloj de diseño francés que hay antes de entrar al recinto ya avisa de lo que te vas a encontrar dentro. Barroco a tope, rococó y también algo de neoclasicismo. Y lámparas con cristalería de Bohemia (la colección más grande de Europa), escaleras con balaustradas de cristal, 250 habitaciones, más de 400 cuadros de batallas navales, cargas a caballo y sultanes, salones a porrillo, cuernos de elefante tallados, vajillas de porcelana como para dar té al ejército ruso entero y, como principal diferencia con cualquier otro palacio de Europa, baños al lado de cada dormitorio. En uno de estos, como anécdota, murió el mismísimo Atatürk. También hay jardines, claro, con fuentes, árboles, estatuas y un gallinero con gallinas, faisanes y pavos reales. Y, en los jardines, un gato cabrón que se ha pasado un rato jugueteando con un ratón hasta que se lo ha comido, sin masticar ni nada.

palacio de Dolmebahçe, Estambulpalacio de Dolmebahçe, Estambul 

palacio de Dolmebahçe, Estambul Tristemente el interior del palacio tan solo se puede visitar en tours guiados (en inglés o turco, incluidos en el precio de la entrada). Con la gran cantidad de gente que había los tiempos de espera para entrar eran largos, los grupos eran inmensos y creo que las guías hacían un paseo más corto que de costumbre, así que todas más maravillas descritas en el párrafo anterior las hemos visto en masa, deprisa y sin recibir muchas explicaciones. Y sin sacar fotos, que está prohibido. Hay dos tours, el del palacio y el del harem. Cada uno de ellos ha llevado poco más de media hora. Creo que el sitio (más bien el precio de la entrada) merecería la pena si se pudiera visitar con libertad, o si los tours guiados se extendieran un poco más y fueran más reducidos. Pero en estas condiciones creo que no es razonable. No quiero ni pensar como será esto en semana santa o verano.

mezquita de Kılıç Ali Pasha, Estambul Al salir fuimos caminando paralelos al Bósforo hacia el Sur, parando para comer en un comedero al lado del mar y, ya saciados nuestros estómagos, para ver la mezquita de Kılıç Ali Pasha, construida en 1580 por el ya mencionado Sinan, que ya tenía 90 años cuando la hizo. Queríamos haber visitado también la de Nusretiye, que parece ser es bastante diferente a las demás por ser de estilo barroco, pero estaba en obras, así que nos hemos quedado sin comprobarlo. Al lado mismo de la mezquita hemos cogido el tranvía de vuelta al Hotel para descansar un poco.

Hemos cenado en el Restaurante Seyyah, que está un pelín alejado de la vorágine turística y no tiene nombre en la puerta. Ha sido un acierto, buena comida y precios razonables.

Nota: no creo que volvamos al lado Norte de la ciudad y me he dejado por visitar la estatua de Barbarroja. Que acabo de comprobar que estaba justo detrás del palacio de Dolmebahçe.

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