Barcelona: el Cementerio de Poble Nou

¿Qué mejor forma de pasar un soleado domingo por la mañana de Noviembre que visitando un cementerio?… Mejor no respondáis, que ya sé que hay cosas mejores que hacer. Pero esto es lo que he hecho hoy y al que no le guste que se vaya del pueblo :-) El primer y tercer domingo de cada mes hay visitas guiadas gratuitas a este cementerio. A las 10:30 en castellano y a las 12:30 en catalán. Unos cuantos couchsurfers y yo mismo hemos hecho el esfuerzo supino de madrugar para acudir a la visita en castellano. Creo que ha merecido la pena.

El cementerio de Poble Nou se creó en 1775 para solucionar los problemas de insalubridad que generaban las fosas parroquiales de la ciudad de Barcelona. Por esto se situó en este lugar, que en aquella época era un descampado algo apartado de la ciudad amurallada. El recinto fue destruido en 1813 por las tropas napoleónicas y reconstruido, 6 años después, bajo la dirección de un tal Antonio Ginesi. Es de estilo neoclásico y tiene alguna influencia egipcia en su decoración –parece que en aquella época lo egipcio estaba de moda. Además este personaje diseñó un cementerio de estructura uniforme con la inocente idea de eliminar diferencias sociales en la muerte. Obviamente la sociedad burguesa tardó poco en evitar tal afrenta contratando arquitectos y escultores para diseñar sus propios panteones.

La guía que nos ha enseñado el lugar tenía una tendencia bastante acentuada a irse por las ramas, pero entre desvarío y desvarío contaba cosas interesantes sobre los nichos, panteones, cenotafios, el Santet… Esto último merece una explicación. Francesc Canals i Ambrós era un chaval que además de ser muy bueno tenía fama de adivino, murió en 1899 con tan solo 22 años y desde entonces se le atribuyen multitud de milagros. En el lugar donde se encuentran sus restos hay multitud de ofrendas en forma de estatuillas, fotos, velas y una urna donde la gente deja peticiones. Bastante kitsch todo, la verdad. Una señora que estaba allí rezando nos contó que el Santet había sanado a su hija que tenía no-se-que enfermedad incurable y estaba allí para agradecérselo. En fin… es por todo esto que se le conoce como el Santet. También es muy espectacular -y un poco espeluznante, dicho sea de paso- la escultura de El beso de la muerte (en la foto que acompaña a estas líneas). Quiero añadir que me hace gracia esta foto porque da la sensación de que el ángel que aparece al fondo está haciéndose el sueco para evitar meterse en camisa de once varas o algo así :-)

La visita ha durado casi dos horas, y la verdad es que no se hace larga. El cementerio es bastante bonito, la guía le pone mucho entusiasmo a las explicaciones y además ha hecho una mañana estupenda. Muy recomendable :-)

PD: como siempre podéis encontrar todas las fotos que acompañan esta entrada, y algunas más, en la galería correspondiente. En este caso PICS: Barcelona, 2009.